LA AUTONOMÍA COMO PARTE DEL DESARROLLO PERSONAL.
Las viviendas tuteladas están destinadas a aquellas personas que no gozan de la autonomía plena pero que tienen un nivel alto de la misma con el objetivo de conseguirla completamente. De esta manera, se trabaja con ellas la integración social y la convivencia a través del apoyo personal y social que les damos. Ello favorece su independencia en muchos ámbitos, además de la oportunidad de mejorar y fomentar las habilidades personales y sociales, la participación en la vida comunitaria y seguir incrementando su autonomía.
Para ello, realizamos las siguientes funciones:
– Atender las necesidades específicas de cada usuario/a.
– Repartir las tareas de manera organizada y equitativa.
– Apoyar en la gestión económica.
– Procurar la comunicación de manera activa, así como crear un buen ambiente de convivencia.
– Actividades de ocio consensuadas.
– Apoyo en la búsqueda de cursos formativos y hacia la entrada en el mercado laboral.
– Supervisar el cumplimiento de sus objetivos de vida.
– Fomentar hábitos de vida saludables.
– Estabilizar la situación clínica de los/as usuarios/as
Además, las viviendas están estratégicamente situadas en zonas accesibles y transcurridas, permitiendo el uso del transporte público y teniendo tiendas, comercios, servicios sanitarios, etc. a solo unos pasos, pues esa es la idea de estar bien comunicadas.
Le preguntamos a un usuario residente de una de las viviendas de Mentalia Puerto su opinión al respecto:
+ ¿Te gusta vivir en una vivienda tutelada?
– Sí, se está tranquilo y se convive mejor en compañía que solo.
+ ¿Qué es lo que más disfrutas?
– Estudiar, tomar café y la compañía.
+ ¿Qué beneficios o ventajas crees que ofrece?
-Vives más despreocupado y quisiera poder llegar a trabajar.
+ ¿Cambiarías algo?
– No, lo dejaría como está.
Todas las personas tenemos derecho a llevar una vida independiente, libre, cómoda y segura, y recursos de esta tipología son los indicados para poder llevarla a cabo.