¿TE CUENTO UN CUENTO?
HABIA UNA VEZ… una bruja,…una bruja, con nariz de bruja, traje de bruja y escoba de bruja….vamos, una bruja típica de cuento, pero con algo diferente…y es que esta bruja apareció por sorpresa en nuestro centro. Y, no, no venía a hacer “brujerías”,…sino a contarnos algo…¿os cuento un cuento?, nos dijo…
Apareció con su escoba mágica el día 31 de octubre, víspera de Todos los Santos. Nos sorprendió su visita, puesto que no la esperábamos. Al principio nos asustó un poco, pero pasado un ratico vimos que no traía “malas intenciones”.
Nos convocó en la sala de visitas. Allí y “a la luz de una calabaza”, nos reunimos todas y todos para escuchar lo que nos quería contar. Porque ella, vino, a contarnos una historia…
“Nos contó que en la víspera de todos los santos se honra a los difuntos. También que es el día en el que se celebra la festividad de Hallowen. Está festividad, se remonta a hace 3000 años en Irlanda. Los celtas celebraban el fin de la cosecha que coincide con el solsticio de otoño. Los celtas, creían que los espíritus caminaban entre los vivos. Así que durante está noche , hacían diferentes rituales para ahuyentar a los malos espíritus. De la misma manera, se despedían del dios del sol, de la luz, porque las noches empiezan a ser más largas y los días más cortos.
Según la leyenda, está noche los vivos se protegían de los espíritus, sobre todo de los malo, poniéndose máscaras y disfraces para evitar ser reconocidos”… y la bruja nos invitó a maquillarnos y disfrazarnos…
“También colocaban en sus casas huesos o calaveras o cualquier cosa relacionada con la muerte”...y adornamos con ella la sala de visitas con calabazas, catrinas, fantasmas y murciélagos, echos con nuestras manos.
“Una de las maneras era poner una calabaza con una vela dentro, como faroles, para guiar a los espíritus” y “se les daba alguna ofrenda para que no hicieran alguna trastada, que no se llevaran el ganado o trajeran alguna enfermedad, o se llevaran su alma”...y por eso la bruja nos trajo chuches.
“Pero…nos contó…que no sólo se paseaban los malos espíritus, también los buenos, por ello, mucha gente empezó a organizar banquetes en honor a esos espíritus y para comunicarse con ellos”…e hicimos un banquete de pastas.
Estuvimos muy atentas y atentos a la narración de la historia que nos contó está bruja.
¿A quién no le gusta una buena historia? Nos entretuvimos mucho.
Además de entretener, contar historias y escucharlas es poderoso para mejorar la salud mental. Exploramos las historias, reflexionamos sobre ellas y está narrativa resulta ser terapéutica:
- Aumenta las habilidades de escucha.
- Fomenta la imaginación.
- Aumenta la memoria y las emociones positivas de una forma considerable.
Ya sabes…¡es hora de contarnos historias y compartirlas!
y si aparece una bruja en tú casa…¡disfruta de su compañía!