Despedida de Drácula
El pasado miércoles 6 de septiembre tuvo lugar en el hospital un alta terapéutica.
Las despedidas tienen una gran importancia y nos dan mucha información de cómo persona la está viviendo según cómo se gestionen, por lo que es vital trabajarlas y darles su lugar. Es por ello que, cada vez que un paciente se va de alta, tiene su propio momento reservado al final del comunitario del día, para poder expresar lo que necesite y/o desee (solemos hablar sobre la ilusión por retomar la vida al completo fuera del hospital con los temores que ello pueda conllevar, recordamos anécdotas, agradecemos bidireccionalmente, etc.), así como para escuchar todo aquello que sus compañeros y terapeutas quieran decirle en ese instante tan especial para ellos que, sin duda, marca un antes y un después, abriéndose así un espacio de intercambio y de cierre de etapa, dando la bienvenida a lo que esté por venir.
Pues bien, nuestro paciente Drácula transmitió en su despedida un mensaje que le y nos gustaría mucho compartir con todos vosotros (y los demás testimonios que vayamos obteniendo a lo largo del tiempo, siempre voluntaria y anónimamente), con el deseo de que podáis también disfrutar de él y de la otra perspectiva que ello nos brinda, ya que nada de lo que podamos decir se acercará a lo que uno de ellos, que han vivido el proceso desde adentro en primera persona, puedan poner en palabras.