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MIS CIUDADES 2
Buenas tardes, ose dejamos la segunda entre de los textos “mis ciudades” de nuestra compi E.M.
Hay una urbe -sí,urbe, no ciudad- con entrañas de agua. Así,es una especie de músculo cardiaco en mi país, situada además en el centro del territorio; y desde las primeras auténticas carreteras aquí, centro asimismo de una red radial de vías transitables por vehículos motorizados. Músculo cardiaco al fin.
Todo pasa por ella. Y por eso mismo dudo ahora con cual de sus aspectos empezar a describírmela,(pues hablo, un tanto egoísta, para mí misma, casi como si murmurara en soledad sobre esta urbe).
Por sus oportunidades y por salud de mi pecunio, he recalado en más de una ocasión en ella. La primera vez, me deslumbró su noche: incluso tiendas de libros abiertas para los noctámbulos!…Según encontré una, no pude contenerme y gasté nada menos que cinco mil pesetas en tomo íntegro y extenso, de buena encuadernación e imprenta, acerca de Gustav Klimt y su obra.(El barroco Gustav Klimt del exceso de dorados y del colorido onírico, uno de los modelos estilísticos que, ni seguí, ni alcanzo a superar).Fueron cinco mil pesetas muy sentidas por mi ansia de dibujante…amén de por mi bolsillo!
Allí, sucesivas ocasiones, he vivido en centro, norte y, finalmente, en un barrio del sur. Por el orden en que lo relato, si hago el inciso. El centro me cansó pronto; pensé, mal generalizando, que la vida en otras zonas sería semejante, y por razonamiento acelerado de juventud, migré. Dejemos de lado el destino que tomé!…Porque más adelante hubo regreso. Al norte, una parienta mía me facilitó entonces alojamiento -oneroso allá donde preguntara- y volví a buscar trabajo. No con suerte, pero no lo lamenté, puesto que otra de las características de urbe así, es la posibilidad de ganarse la vida con el arte,(hasta con esperanzas de llegar a triunfar!).Y, de tal modo…saben cuál fue mi salvavidas?: el dibujo, cuyo refinamiento perseguía desde la primera estancia allí. Con sencillos marcapáginas de cartulina pintada a témpera, iba ganando mi sustento en los subterráneos del Metro. Cada uno de los clientes accidentales se llevaba para su libro o biblioteca un diseño diferente, todo piezas únicas. Como reunía con holgura para finalmente alquilar, alquilé, y conocí el sur de…
De la urbe central, de la urbe de los manantiales subterráneos, enclave humano desde allá los tiempos de cazadores exentos de nuestra alardeada civilización: Madrid. Cuyo nombre proviene de la colonización por el Imperio Romano, habiéndola bautizado “Matrix”,(“matriz”, en latín),precisamente por sus entrañas de agua que tan poéticas me parecen.
Era un clásico barrio obrero el lugar donde encontré rincón, Vallecas, y encajaba yo bien en ciertas afinidades con el vecindario.
Ahora que ya conocen unas pinceladas sobre qué experiencias y qué lugares -centro insomne a perpetuidad, norte de escasas oportunidades laborales, caro por añadidura, y…sur acogedor, mas no exuberante económicamente- y ya que les he ofrecido la propia perspectiva, fragmentaria a través de destellos que fueron mi alegría, sueñen con Madrid como lo haría Joaquín Sabina, en su canción “Pongamos que hablo…de Madrid”.