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Comunicar en lugar de “ganar”: Asertividad.

En función de cómo nos relacionemos con el mundo, a rasgos muy generales, podemos decir que tendemos a ser: pasivos, agresivos, pasivo-agresivos, asertivos.

 

Las personas con un estilo de comunicación pasivo o que tiende a la pasividad, es aquella que huye de los conflictos y no defiende sus derechos, le cuesta expresar sus pensamientos y opiniones, y si lo hace es de forma derrotista o como si se estuviera disculpando desde un primer momento. Se adaptan a los intereses de los demás generando frustración y sentimiento de inferioridad.

 

Por su parte, cuando se emplea un estilo agresivo, se defienden los derechos personales sin tener en cuenta los de los demás, menospreciando las creencias del resto. El componente de hostilidad que se utiliza está relacionado con enfermedades coronarias.

 

La combinación de ambos estilos de comunicación, estaría marcada por no defender los propios derechos pero quejándose de la situación, criticando a destiempo las decisiones tomadas y sin fundamento o relación con el tema. Reaccionando a destiempo (una vez tomada la decisión “pasivo” y de forma desproporcionada “agresivo”).

 

Por último, el estilo asertivo es aquel que hay que tratar de seguir ya que hablamos del estilo más saludable. Se trata de expresar lo que uno piensa, siente y quiere teniendo en cuenta las preferencias de los demás y no obligando al resto a hacer lo que uno piensa que es lo mejor. Cuando acontece la disputa, no se debe pensar en “ganar” a toda costa la batalla, sino en ser directo y honesto, pudiendo decir “no” sin sentirnos culpables.

 

En Mentalia trabajamos la asertividad en terapias individualizadas, cuando la persona lo necesita debido a que su estilo de afrontamiento se ha convertido en un punto clave para su rehabilitación, ya sea porque se vulneran sus derechos, o bien porque le lleva a constantes disputas con sus compañeros. También la trabajamos en los talleres grupales, aprovechando las distintas intervenciones que generan la diversidad de opiniones.

A continuación, detallamos una serie de estrategias conductuales que nos pueden servir si queremos mejorar la manera que tenemos de comunicarnos con el mundo:

  1. Disco rayado: se trata de repetir el mensaje sin cambiar el tono expresivo hasta que el receptor lo comprenda. Esta técnica es útil cuando interactuamos con personas que tenemos poca relación y queremos expresar negación. Decir no sin dar explicaciones ni excusas.
  2. Pedir tiempo fuera: consiste en solicitar a nuestro interlocutor más tiempo para pensar en aquello que nos pide o propone antes de tomar una decisión. También le podemos solicitar más información hasta que nos quede clara la exigencia y lo que esta supone.
  3. Decir cómo nos sentimos: si expresamos cómo nos sentimos a la otra persona nos aseguramos que nos comprende, o por lo menos la situación. Es útil cuando queremos negarnos a algo y la otra persona ha insistido varias veces. O para comunicar un hecho que nos molesta y queremos que cambie su conducta.
  4. Llegar a un acuerdo viable: cuando las posturas están muy alejadas pero se debe resolver el conflicto para continuar se “llega a un acuerdo viable” diferenciando posiciones (decisiones que la persona ha tomado) de intereses (lo que se desea conseguir). Se trata de averiguar intereses de ambos y tratar de conciliarlos.
  5. Hacer críticas: es importante comunicar las conductas que no nos parecen adecuadas, sobre todo sin son personas cercanas. Para hacer una crítica constructiva y sin ofender al otro, debemos de ceñirnos en describir la conducta y no a la persona, siendo específicos en mencionar aquello que criticamos, y utilizando siempre la primera persona (pienso, creo, opino…)
  6. El enfado: si nos enfadamos es muy difícil enfrentarnos a la situación sin perder los papeles, pero no debemos dejarlo pasar. Un guión nos puede ayudar a no meternos en discusiones eternas que dan vueltas a un mismo tema y sólo consiguen herir al otro. Ejemplo útil de guión sería: Cuando (describirnos la conducta que nos molesta), me siento (expresamos lo que nos hace sentir, pero única y específicamente la situación que hemos narrado anteriormente), me gustaría (damos varias posibles soluciones haciendo que el receptor se sienta partícipe).

 

 

La violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso

Jean-Paul Sartre

 

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