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EDUCACIÓN SOCIAL Y SALUD MENTAL

La educación social es una disciplina pedagógica que se encarga de promover escenarios en los que se pueda producir un acto educativo, yendo más allá de la educación formal o de los espacios socialmente formalizados. Mediante la relación interpersonal se pretende mejorar la relación de las personas consigo mismas y con su entorno social y cultural, ampliando y trabajando en su propia libertad y en su capacidad de vivir de forma más digna.

Las personas con trastornos de salud mental se encuentran, todavía a día de hoy, estigmatizadas, y como consecuencia se podría decir que son un colectivo vulnerable frente a nuestro contexto social. Por este motivo desde la educación social se pretende promover, aparte de contribuir a la normalización y a la desestigmatización del colectivo, una atención integradora y comunitaria que promueva la autonomía y, con ello, que mejore la calidad de vida de cada persona.

En cuanto a las intervenciones que se podrían destacar se encuentran, entre muchas otras:

  • La aplicación de programas de habilidades sociales.
  • La educación para el ocio y el tiempo libre.
  • La conservación del medio ambiente y del desarrollo sostenible.
  • La enseñanza de habilidades sociales.
  • La promoción de una vida en comunidad, la educación multicultural y la buena convivencia.
  • La adaptación de los aprendizajes a las necesidades sociales emergentes.
  • Trabajar la igualdad de derechos en cada acción educativa.

 

Por otra parte, no se puede hablar de educación social sin referirse a la ética. Cuando se trabaja, en este caso concreto en el área de la salud mental, los objetivos para el desarrollo de las personas se diseñan desde unos valores fundamentados en los derechos humanos, humanistas y democráticos. Según Canimas se puede hablar de la ética desde tres pilares fundamentales:

  • La moral: abordar la relación terapéutica desde los valores relacionados con la calidad de vida y con una vida justa.
  • La académica: diferenciar, a la hora de abordar una relación terapéutica, entre ética: por qué se hace lo que se hace, y moral: aquello que se hace.
  • La forma de ser y de estar en el mundo y con los demás: poner en práctica el cuidado, la hospitalidad, la responsabilidad, la libertad, el amor y el acompañamiento entre otras.

 

En definitiva, la educación social puede aportar muchos beneficios en el área de la salud mental, aportando programas individualizados, teniendo en cuenta tanto factores sociales como personales y centrándose, sobre todo, en la desestigmatización del colectivo y en la autonomía de las personas, trabajando el empoderamiento personal en las tareas del día a día. La labor que se hace en el tejido social es muy importante, ya que una buena socialización es esencial para un buen desarrollo en cada proyecto vital.

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