Junio
Mayo
Los terapeutas contamos con numerosas herramientas, instrumentos y técnicas para trabajar con nuestros pacientes. Ya hace tiempo, desde la corriente psicoanalista, Freud manifestó la técnica de la “curación por la palabra”, y, aunque pueda parecer lo contrario, no existe comunicación ni palabras sin silencios, y tampoco hay silencios sin pensamientos e imágenes internas, aunque no se verbalicen. El diálogo con conceptos propositivos o sin ellos surge de la interrelación de las palabras y silencios.
En el hospital, diariamente, cuando consideramos que es conveniente, utilizamos el silencio, lo creamos, ejecutamos y manejamos; pues es un instrumento técnico que nos brinda la oportunidad de dar a nuestros pacientes su espacio, tiempo y libertad para que puedan pensar, pensarse y expresar sus tendencias, fantasías, recuerdos, pensamientos, ocurrencias, lo que pueden y no pueden hacer en alguna situación concreta, etc., buscando evocar cambios que puedan abrirles el camino a su inconsciente y a su verdad, lo que les irá acercando cada vez más a su progresiva mejoría y recuperación. Los pacientes necesitan también del silencio para sentirse escuchados, atendidos y cuidados a través de una comunicación de espera y aceptación.
En el día a día, son muchas las veces en las que nuestros pacientes nos hacen preguntas a los terapeutas, y a veces, la respuesta que obtienen es un silencio correctamente realizado, que en muchas ocasiones puede suscitar confusión o desconcierto, entre otros; pero que da pie a que ellos mismos se respondan y lleguen a sus propias conclusiones, sin ningún tipo de presión ni condicionamiento previo. Así, en ese momento de silencio, de espera tensa (y agónica para muchos), los pacientes se recogen en sí mismos pacientemente, generándose así un espacio en el que la palabra puede brotar después de que se ordenen las tensiones internas respecto del tema que estemos trabajando. En primer lugar, este silencio estaría altamente vinculado con la resistencia, aunque existen otras posibilidades, como que no existan ideas, aunque clásicamente esta opción pueda descartarse al ser difícil estar sin pensar.
Por tanto, podemos diferenciar dos grandes tipos de silencios (el de los terapeutas y el de los pacientes), aunque en cada uno de ellos podríamos analizar muchos más subtipos.
Por todo lo anteriormente dicho podemos concluir que el silencio en psicoterapia es necesario, y como una herramienta más, es preciso saber utilizarla y dosificarla adecuadamente acorde al momento terapéutico de cada paciente.
“¿Acaso no todo depende de la interpretación que le damos al silencio que hay en torno a nosotros?” Lawrence Durrell
Abril
Hoy viernes 31, para aprovechar el buen tiempo antes de que sea demasiado caluroso y en vísperas de Semana Santa, hemos organizado una salida: nos hemos ido de ruta de senderismo a San Agustín de Guadalix; ha sido un recorrido de unos 8km aproximadamente y hemos visitado la Cascada del Hervidero.
El objetivo de esta excursión es desconectar de la rutina diaria, liberar tensiones, pasar un buen rato, admirar el entorno natural, respirar el aire puro y charlar y conocernos un poquito más mientras disfrutamos de la práctica de ejercicio físico en la naturaleza, así como el enfrentamiento a inseguridades o miedos según las dificultades que se pudieran presentar en el terreno, en la disposición para realizar la ruta, etc. Desconectar para reconectar de nuevo, es necesario y eficaz muchas veces. Sin duda, lo hemos conseguido. Además, es una actividad no competitiva, perfecta para realizarse con calma, disfrutar en compañía y compartir grandes momentos y experiencias.
Finalmente, hemos comido unas pizzas en el merendero todos juntos, para reponer fuerzas. Ha sido un día muy grato, amable y lleno de emociones, lo que nos ha permitido estrechar más nuestros vínculos y empaparnos de todo lo bueno que la naturaleza puede ofrecernos.
Marzo
En el hospital usamos mucho el Dixit, un juego cuyo protagonismo recae en las múltiples y variadas cartas con imágenes que lo sustentan; son representaciones con una gran profundidad y capacidad proyectiva, que permiten traer al plano físico y verbal una gran dimensión de factores subjetivos y/o abstractos que conforman la interpretación de las mismas, ya que no se prestan a una sola, al contrario, ya que no retratan escenas cotidianas a las que estemos acostumbrados, muestran figuras reales, aunque ubicadas en contextos más propios del mundo onírico o fantástico (gatos que consultan bolas de cristal, un conejo en el espacio, castillos que vuelan por los aires, personas en botellas, escenas mágicas…).
Es un recurso altamente simbólico y realmente útil, que ofrece una visión más amplia de los problemas y fomenta una reflexión – en este caso grupal – no meramente cognitiva (dejando de lado lo racional) sino experiencial y emocional (de forma más instintiva), y que nos sirve no únicamente para explorar, sino también para generar emociones positivas dado el carácter lúdico de la actividad, pero conservando la parte terapéutica, y así el propio grupo puede sacar temas como el autoconcepto, las emociones, la familia, experiencias vitales significativas, etc.
Nosotros usamos el Dixit de la siguiente manera: se darán varias rondas, en cada cual un miembro del grupo deberá tirar una carta al centro, empleando una palabra o frase que sienta que represente lo que esa carta transmite para él/ella según sus experiencias personales, y seguidamente, los demás deberán echar otra carta cada uno, que también sientan que represente esa cuestión, y después deben votar en sus tableros individuales y con sus pinchitos, cuál creen que es la carta que la primera persona puso, para lo que necesitarán ponerse en la piel de ésta y tratar de adivinarlo, según lo que conocen de ella. A continuación, por orden, cada paciente irá comprobando si acertó o no, explicando por qué escogió la carta y si alguien la votó (e irán repartiéndose así los puntos de la ronda, avanzando a su vez los conejitos en el tablero). También, dejamos un espacio de reflexión al finalizar cada turno, para hablar sobre lo que cada uno opina de las cartas expuestas, y debatir los distintos significados, pensamientos o sensaciones que cada miembro pueda atribuirle, a través de lo cual se posibilita el aprendizaje de nuevas perspectivas para examinar las situaciones diarias, así como el trabajo y ampliación del vocabulario emocional y su expresión, y contribuyendo a su análisis.
“Son tus decisiones, no tus condiciones, las que determinan tu destino” Anthony Robbins
Febrero
Enero