Mentalia Montreal Ciudad Universitaria

Nuestro equipo de Terapia Ocupacional es muy creativo. Hoy os queremos presentar la actividad “El Rastrillo”.

Se trata de una actividad, iniciada al principio del verano. Como siempre, es una actividad compleja, en la que se trata de juntar varias cosas.

El punto de partida, el “pretexto” de la invención, por así decirlo, va de identificar, presentar a los chicos y desarrollar todos juntos conceptos  de conciencia social que puedan resultar valiosos para ellos, como puedan serlo el consumo responsable, o la conveniencia de la reutilización de los productos.

Luego vendría una parte más abstracta: la de definir en grupo la actividad, con unos objetivos determinados explícitos, una forma de organización concreta (lugar, tiempo, plazos), una división de las tareas en la que cada uno tenga que asumir la responsabilidad de una parte de la tarea.

Luego, habría que pasar a la fase de implementación, donde se pondrá  prueba la forma en la que cada uno en particular responde o no a la tarea planeada, y como lo hace.

Luego, mientras se ve como la tarea se ejecuta o no, comienza una especie de proceso paralelo de evaluación implícita de la forma de participación de cada uno: ¿qué dificultades afronta cada uno para asumir su parte de la tarea? Se tratará de identificar dificultades concretas, hasta donde sea posible. ¿Se tratará de dificultades relacionadas con la motivación, con el querer o no hacerlo, o incuso con el deseo de boicotear la actividad por alguna razón? ¿Se tratará de dificultades relacionadas con la presencia o no de la habilidad o destreza necesarias para desarrollarla? ¿Se tratará de dificultades relacionadas con la actitud de querer hacer frente a los compromisos que se contraen? ¿Se tratará de la existencia de elementos distractores, que operan como dificultades – depresión, ansiedad, dificultades de concentración, ansiedad social, que dificultan trabajar con los compañeros? En ese proceso de trabajo, será importante ayudar para que los chicos puedan identificar las dificultades que afrontan ante las tareas que se les proponen.

Es importante. La utilidad de la actividad no se limita a que la actividad se termine de alguna manera, lo más interesante es el proceso a través del cuál la actividad avanza y se termina – o no.

Hay un proceso muy complejo de aprendizaje y reflexión en cada parte del proceso, en el que cada participante aprende de si mismo en su relación con la tarea y con el grupo.

Luego viene la parte de la posible generalización de lo aprendido. De una manera más o menos explícita, cada uno de los participantes podrá generalizar lo aprendido en esa experiencia. Es decir, aplicar lo aprendido a tareas distintas y a grupos distintos.

El paciente que ha estado desmotivado en la actividad podrá aprender de su motivación y de como esta afecta a las tareas que hace, no solo en las del hospital de día, uno en cada una de las actividades que emprenda. El paciente que ha boicoteado la actividad., tendrá una oportunidad de hacerse consciente de esa actitud y podrá revisarla en el futuro. El paciente que ha tenido dificultades en la relación con los compañeros, podrá explorar esas dificultades con su terapeuta, para poder afrontarlas. El paciente que se ha frustrado y ha abandonado la tarea, podrá empezar a comprender que necesitará aprender a ser realista y paciente, y que es necesario que aprender a esforzarse y a soportar la frustración de que las cosas no salgan a la primera.

Y explicado todo esto, volvemos a la parte “visible” de la actividad. El rastrillo se crea, los participantes, basados en sus motivaciones altruistas – reciclar, reutilizar – o por qué no, pragmáticas – cambiar prendas que no usan por algo de dinero – traen prendas de casa que quieren revender. Luego hay que trabajar: las prendas se preparan, se decide su precio, se montan en un expositor, la actividad de comunica para que sea conocida.

Y en algún momento, el grupo participante celebra el éxito de la tarea conjuntamente. Con el dinero obtenido e pueden comprar unos refrescos y tomarlos todos juntos, celebrando lo logrado entre todos.

Se ha logrado mucho más que el mero “ocupar el tiempo” que a veces es lo único que se ve.

Terapia ocupacional  e ilusionismo.

El ilusionismo es una actividad con un gran potencial terapéutico ya que permite trabajar las dificultades desde  una manera más reflexiva e individual hasta una manera más general y enfocada al ámbito  social. Por ello Mentalia ciudad universitaria, dentro del equipo de atención directa, cuenta  con un terapeuta ocupacional  mago formado en la gran escuela de magia de Ana Tamariz.

En este artículo voy a centrarme más en los beneficios terapéuticos dentro del  ámbito social. Como mago cuando realizo un juego, encuentro mucho interés en la persona que ha visto el juego. Generalmente aparece cierta insistencia en que les explique como lo he hecho. Me piden que se lo repita. Y en lo que coinciden todas las personas es  la sorpresa y en no dar crédito de lo que acaban de ver.

Los magos la denominamos a la magia  la reina de las artes. No solo se requiere de la técnica necesaria para hacer los juegos, también necesita unas dosis de actor para que el espectador forme parte del juego.  Un buen guion para enganchar al espectador en el desarrollo del juego. Unas pinceladas de humor para reforzar el efecto mágico. Sin contar con los detalles de la escena, movimientos corporales la modulación de la voz para enfatizar en el momento mágico.

Centrándome en lo social, desconozco de alguna actividad, que en cuestión de minutos favorezca un vínculo potente y otorgue al mago un lugar significativo con el otro. El ilusionismo como herramienta para nuestras y nuestros adolescentes favorece enormemente las relaciones sociales.

Matizo mucho el uso de la palabra. No es lo mismo dirigirte a alguien con el pretexto de que te voy a hacer un juego que un truco. Con la palabra juego, el espectador esta relajado, le invitas a jugar y es más fácil lograr esa ilusión. Con la palabra truco, el espectador esta en tensión, con la sensación de ser engañado y va a denigrar de alguna manera el efecto mágico.

Otro factor sumamente importante es que el ilusionismo es una actividad, donde se requiere necesariamente la presencia del otro. No conozco a nadie que le guste hacerse magia a si mismo. Se necesita de otra persona, siendo inevitable incluir a los demás. Imaginaros este aspecto en las y los adolescentes con más inhibición y miedo social.¡¡¡ Eso si es mágico!!!

También utilizo mucho el ilusionismo para favorecer las relaciones familiares que en algunas ocasiones nos encontramos muy dañadas. Para las familias, acostumbradas a situaciones muy angustiosas con el sufrimiento de sus hijos. El hecho que lleguen a casa, que les hagan un juego, que les vean sonreír y poder separase durante un momento del dolor, es muy gratificante para ellos.

Quisiera recalcar que lo escrito anteriormente es solo una parte del trabajo terapéutico que realizo con esta actividad que tiene otros aspectos más profundos.

Para finalizar, invito a todas las familias que tienen a sus hijos en nuestro centro a venir a una sesión mágica y poder vivir en primera persona todo lo detallado. Os garantizo que vamos a jugar mucho, que vamos a tener un momento distendido y divertido y os vais a llevar herramientas para poner en práctica en eventos sociales como cenas familiares, de trabajo o con amigos y vuestras hijas e hijos.

Agradezco vuestra atención en leer este artículo y os dejo unos vídeos de estos aprendices de mago que tanto se lo curran. Podéis verlo en el link.

https://youtu.be/4ZhjOTPqVZo

Alberto Sánchez Gutiérrez

Terapeuta ocupacional. Mentalia Ciudad Universitaria.

 

En el hospital de día, los ritmos de la vida social llevan amortiguados, tamizados por el periodo de paréntesis existencial que es la estancia en el hospital. La vida es difícil, si, y especialmente para las personas que están atrapadas en la depresión, en la angustia, en la zozobra personal. El hospital de día, para esas personas es un oasis de tranquilidad, un lugar para detenerse y pensar, para tomar perspectiva, para recomponerse y recuperarse. Un lugar para separarse del dolor, para tratar de poner orden en el caos.  Un lugar donde recibir ayuda sin mirar el reloj, para curarse de la prisa,  de la angustia, de las heridas de la vida, de todo lo que ha salido mal y necesita repararse.

Pero ha llegado septiembre, y el tema de la reincorporación al instituto se ha colado en la agenda de todo el mundo. Da igual que estés al final de tu proceso de recuperación, o al principio. Es septiembre y no hay manera de ignorar que el curso empieza.

¿Qué hacemos?

Lo primero que te recomiendo es ser honesto contigo mismo.

¿Estas al principio de tu proceso terapéutico? ¿Solo de pensar en el instituto o en la universidad se dan ganas de meterte otra vez en la cama? Pues igual es que no estás preparado. Tómatelo con calma. Ya lo estarás. Coméntalo con tu terapeuta. Pide consejo, procura no agobiarte. Habrá otros septiembres. Piensa que eres como un futbolista lesionado: podrás volver a competir con tu equipo cuando tu lesión se haya curado, cuando hayas hecho rehabilitación, cuando hayas hecho la pretemporada,  pero no antes. Si tratas de competir antes de que tu lesión se haya curado, puedes recaer. Toma consejo, déjate guiar. Llegará tu momento.

¿Estas avanzado en tu proceso de recuperación? ¿Te encuentras con fuerzas? ¿Ya has recorrido un buen trecho del camino terapéutico, ya comprendes que es lo que te derrotó en el pasado? Pues el momento de intentarlo. Ármate de valor y a por ello. Vamos a estar contigo, te vamos a ayudar, nos vamos a coordinar con tu orientador el instituto. Vamos a apoyarte, vamos a adaptar los horarios de tratamiento a los de las clases para que no haya fricciones innecesarias. Y recuerda bien: es tu vida, son tus clases, es tu proyecto, nadie lo podrá hacer por ti. Sin tu energía y determinación, la cosa no saldrá adelante. Parte del proceso habrá sido comprender lo que te dañó. Si ha comprendido lo que te paso, habrás aprendido mucho de ti mismo y de la vida. Y eso será de gran ayuda. No se trata de estar repitiendo siempre los mismos errores.

Ahora, ya has decidido que lo vas a intentar. De acuerdo. Recuerda que es una carrera de fondo. Hay muchos retos por delante. El reencuentro con las tareas académicas. El reencuentro con los compañeros. El reencuentro con una agenda exigente: madrugar, asistir a las clases, estudiar, hacer las tareas que te encomienden, preparar los exámenes. Habrá altibajos. Hay que compatibilizar las áreas relacionadas con la terapia con las del instituto (sabemos que no es fácil).

Sabemos por experiencia que algunos lo conseguirán este mes de septiembre. Algunos no lo conseguirán. Pero no hay que desanimarse por eso. Aunque pueda pasar que en unas semanas debas constatar que no era tu momento, si has hecho un esfuerzo honesto, algo quedará. Habrá sido como un ensayo general del momento en el que te reincorporaras, quizás dentro de unos meses, no necesariamente en septiembre.

Y a los que lo consigan, ¡enhorabuena! Tómenselo con calma, no canten victoria demasiado pronto; puede haber altibajos, pero poco a poco irán automatizando conductas, incorporando nuevos hábitos, nuevas rutinas.

Y al final de curso, llegara el momento de cosechar los resultados.

Hoy hemos puesto en exposición un cuadro creado por los pacientes, que ha tenido una larga gestión.

La idea inicial, tomó cuerpo a partir de darnos cuenta de que teníamos en el trastero un bastidor que se podía reciclar. Era un bastidor de amplias dimensiones, caso 2 metros por uno. El espíritu reciclador de la gente del hospital se activó, y no tardamos mucho en encontrar una tela con la que convertir el bastidor en un lienzo.

Acto seguido, detectamos un espacio en la entrada del hospi que estaba pidiendo a gritos ser decorado y personalizado. Era un espacio principal, justo a la derecha al entrar en el hall.

La idea tomó cuerpo, y durante varias semanas las células grises de los chicos, bajo la dirección de Rubén, comenzaron a crear. Pasado el tiempo, mediante medio quilo de pintura acrílica de varios colores, un par de lapiceros para bocetos, numerosas discusiones artísticas y un montón de trabajo entusiasta, emergió la obra que ahora decora nuestro hospital.

Decía Cortázar que las obras de arte no necesitan explicación y que se defienden solas, pero hoy vamos a dar un par de notas sobre como se ideó, para la posteridad.

La elección de la mariposa como forma dominante, evoca los procesos de transformación: de lo que una vez fue una oruga, emerge una elegante mariposa con su cama de colores.

Cada ala de la mariposa evoca una actividad diferente de la que hacemos en el hospi.

En una de ellas se puede ver una representación del trabajo con la parte emocional: como se puede ver, es un ala intensa, que incluye a Medusa vomitando fuego. Cada uno que entienda lo que quiera. En otra se ve la actividad artística, con su lienzo, una bonita alusión a las manos de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, y una nube que no tengo ni idea de lo que significa; quizás la posibilidad de obrar y de que el arco iris salga después de la tormenta. En otra de las alas, vemos una alusión al taller de sexualidad. Y en la otra, una alusión al taller de musicoterapia.

Un ojo experto, se fijará que en el cuerpo de la mariposa aparecen muchas huellas de perro. Eso es un homenaje a Luna, nuestra perrita terapeuta, que se ha jubilado este año.

Ahí queda eso.

Las actividades de terapia ocupacional están cuidadosamente pensadas. Nuestro equipo de Terapia Ocupacional, es muy experimentado, y creativo. Durante este curso, hemos realizado actividades de cocina, papiroflexia, musicoterapia, terapia asistida con animales,  deporte, grupos de debate, etc.

Tras su aparente simplicidad para el ojo inexperto, cada una de las actividades estimula de una u otra manera a los pacientes: En papiroflexia es necesario gestionar la frustración de que las cosas no salgan a la primera; en terapia asistida con animales, los pacientes aprenden que los demás tienen sus propias características y necesidades, y que es necesario aprender el lenguaje de los demás para poder relaciónanos adecuadamente. En cocina, aprenden habilidades de autocuidado, progresan hacia la independencia del adulto, y se introducen en un universo de cultura  -la cocina es esencialmente cultura- , valoración del placer y colaboración con los demás.

Para que sean exitosas para los pacientes adolescentes, es preciso que sean entendibles para los pacientes, que sean motivadoras, que conecten con su interés. A menudo tratamos de introducir experiencias nuevas, para estimular su curiosidad y mostrarles que el mundo contiene áreas de interés que desconocen.

Hoy hemos ido al Museo de Ciencias Naturales, acompañados de uno de nuestros profesionales. De nuevo, la expedición al museo va más allá de un mero modo de pasar el tiempo. Un museo es una capsula del tiempo donde en un par de horas se puede viajar a través de muchos siglos de progreso del conocimiento humano. La visita al museo, aparte de aportarles ese tesoro de conocimiento que algún día quizás recordaran con interés, es una oportunidad para trabajar la puntualidad, aguijonar su curiosidad, trabajar la conciencia de grupo, conocer la ciudad, familiarizarse con el uso de los transportes y servicios públicos, la experiencia de conocer recursos la comunidad que compartimos. Algunos pacientes han aprendido a gestionarse la obtención de la tarjeta joven, que les puede facilitar el acceso a servicios y recurso.

Y finalmente, y no menos importante, es una experiencia grata, que refuerza los lazos entre ellos, y entre el equipo y los pacientes.

Una de las formas de entender el trabajo que hacemos en el Hospital de día, es pensar que ayudamos a los pacientes a encontrar formas de expresar lo que sienten y lo que les pasa. Esta máxima, aparentemente sencilla, contiene muchísima profundidad.

En efecto, la moderna neuropsicología describe como una de las operaciones que facilita un terapeuta, es facilitar que las estructuras emocionales de las personas, se contacten adecuadamente a las estructuras que organizan la experiencia en forma de narrativas.

En el caso de los adolescentes, esta operación es particularmente difícil debido a que, por una parte es un tiempo de cambios extraordinariamente rápidos en su cuerpo y en su rol social, y por otra parte, a que su personalidad es aún inmadura, de manera que a menudo les es muy difícil construir narrativas socialmente funcionales para pensar y describir las cosas que viven.

La terapia a través de la creación artística es uno de los recursos que usamos para ayudar a los pacientes en esta tarea. Ya sea a través de la música,  a través de la escritura, a través de la creación plástica, crear una obra través de la cual el paciente pueda ver “fuera” de manera concreta” contenidos emocionales y psíquicos que antes solo podía experimentar “dentro”, es una experiencia a la vez gratificante a nivel personal  y útil terapéuticamente.

 

Damos importancia  a la creación de los pacientes, procurando que sus obras no sean descartadas, sino más bien expuestas de manera valorada. Por ejemplo, usándolas como motivo decorativo para el Hospital.

Recientemente, en una de las reuniones multifamiliares que celebramos regularmente, una paciente pudo expresar a sus padres por vez primera en su vida que necesitaba su ayuda. Fue un momento único y emocionante para ellos, y les permitió comprender alguna de las dificultades que afrontaban.

Los profesionales especializados en salud mental del adolescente, hoy día sabemos que el apoyo y la colaboración con la familia es esencial en el tratamiento de los adolescentes con problemas de salud mental. Esta es una realidad que se ha abierto paso con total claridad en los últimos 20 años.

La familia es una organización social básica en nuestra sociedad, y su funcionamiento adecuado es esencial para la crianza el desarrollo armónico del niño y el adolescente. Es el grupo básico que se ocupa del cuidado de los hijos. Su responsabilidad es crucial y muy difícilmente sustituible.

Un adolescente está en un periodo de formación y de habilitación para la vida social. Necesita una familia que atienda, en primer lugar, las necesidades materiales. Necesita una familia que le ayude a adquirir las competencias y los valores necesarios humanos para desarrollarse como un futuro adulto para la vida social. Y no menos importante, la forma en la que la familia se relaciona tiene un papel crucial en el aprendiaje y el desarrollo de competencias de regulación emocional del adolescente.

La familia, por otra parte, es un grupo social sometido a muchas tensiones y vicisitudes. Con la evolución de los sistemas sociales de Occidente, especialmente en el mundo urbano contemporáneo, la familia se ha ido reduciendo extensión, se ha ido volviendo mas frágil, mas compleja; con frecuencia puede ser amenazada por toda clase de problemas económicos, sociales, emocionales que pueden llegar a desbordarla.

En nuestro centro habilitamos la posibilidad de que las familias de nuestros pacientes reciban el apoyo y el asesoramiento que necesitan. Celebramos reuniones periódicas con las familias individualmente. Y también reuniones periódicas multifamiliares, coordinadas por nuestro equipo, donde las familias pueden encontrarse entre ellas y con sus hijos para comunicarse, compartir experiencias y avanzar juntos en el proceso de recuperación, en el que todos tienen algo que enseñar, y todos algo que aprender.

Es un lugar donde pasan cosas, como que los hijos y los padres encuentren una forma de acercarse, de encontrarse.

Una de las actividades terapéuticas que ponemos a disposición de los pacientes, es la terapia asistida con animales. En nuestro caso, contamos Luna, una perrita especialmente adiestrada para el trabajo con adolescentes, que trabaja con nosotros, bajo la dirección de su adiestrador, Rubén, Terapeuta Ocupacional con formación como experto y técnico en intervenciones asistidas con animales.

 

Los perros están adaptados desde hace milenios a la convivencia con humanos, y se comportan espontáneamente como activadores de la relación. Luna, desde su instinto natural perfeccionado por su entrenamiento, nos ayuda a vincular con los pacientes que tienen mas dificultades, y resulta una co-terapeuta que, de manera automática, conecta con ellos.

 

A través de su entrenamiento, Luna coopera de manera natural e inmediata, establece una comunicación afectiva positiva automática con los pacientes. Luna es una activadora de la actividad en el grupo. Rubén dirige la actividad y enseña a los participantes a interaccionar con Luna y entre ellos, teniendo gran importancia el saber como debemos relacionarnos con los perros, pudiendo identificar las reacciones y señales que emiten estableciendo una relación de aprendizaje que resulta de mucho valor para el tratamiento, especialmente al principio, cuando los chicos están mas angustiados y aislados.

 

La actividad es muy grata para todos y nos ayuda mucho.

En nombre del equipo de Hospital de Día “Montreal Ciudad Universitaria”, me complace darles la bienvenida a nuestro Blog.

A través de este canal, tendremos la oportunidad de comunicarnos y conocernos.

El equipo clínico que me honra dirigir cuenta con psiquiatra, cuatro psicólogos y tres terapeutas ocupacionales. Es un equipo que cuenta con dilatada experiencia en el trabajo con adolescentes y jóvenes con problemas de salud mental en general.

Nuestro centro ofrece una amplia gama de actividades terapéuticas, que nos permite ofrecer tratamientos altamente personalizados. Abarcan desde el programa A+G, (ambulatorio con grupos terapéuticos), que ofrece un soporte mayor para los pacientes que lo necesitan que el que se puede ofrecer habitualmente con el clásico programa psicológico ambulatorio). Y alcanzan a los programas HdD intensivos de Hospitalización Parcial, con las opciones de horario de mañanas y de tardes, con frecuencia diaria o adaptada a las necesidades de cada paciente. A través del programa HdD podemos ofrecer una gama amplia de actividades de soporte, a cargo de psiquiatra, psicólogo o terapeuta ocupacional.

El programa HdD incluye actividades individuales y también grupales.

En el ámbito de las actividades grupales, gracias a la experiencia y a la creatividad de nuestro equipo, podemos ofrecer desde grupos de terapia psicodinámica clásica hasta actividades como Musicoterapia, Terapia Asistida por Animales – en nuestro caso una perrita especialmente adiestrada para este fin -, actividad deportiva supervisada, grupos de habilidades sociales y más, que poco a poco iremos describiendo a través de este medio.

Un cordial saludo.

Ricardo Guinea, Director Médico.