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El retorno a las aulas, motivo de angustia para muchos jóvenes españoles

Uno de cada tres jóvenes en todo el mundo es víctima de bullying, mientras que en España se calcula que uno de cada cinco niños sufre algún tipo de acoso escolar.

Con el retorno a las aulas, muchos jóvenes que estaban sufriendo acoso el curso anterior retornan a la realidad tras un periodo de menos presión y contacto con los acosadores.

Expertos de Mentalia Salud advierten de la importancia de una observación activa por parte de los padres de adolescentes, creando un entorno que favorezca la comunicación para que éstos puedan expresarse en casa sin sentirse juzgados.

Coincidiendo con la llamada “vuelta al cole”, los jóvenes españoles regresan a las aulas y se reencuentran con sus amigos y compañeros. Una situación que para muchos es ilusionante, pero que para otros se afronta con estrés y angustia. Pues, según el último informe de la ONU, uno de cada tres jóvenes en todo el mundo sufre acoso escolar o bullying, mientras que en España la Asociación No al Acoso Escolar (NACE) calcula que son uno de cada cinco.

“Generalmente son personas que acuden a consulta por cuadros de ansiedad graves que los llevan a asilarse socialmente de manera progresiva, provocando irritabilidad en el domicilio, dificultad en el sueño o disminución del rendimiento académico”, explica Eduardo Rodríguez Sanz, director del centro de salud Mentalia Montreal. “Los episodios de acoso pueden permanecer ocultos durante meses o incluso años, tiempo en el que el acosado puede sufrir agresiones físicas, verbales y psicológicas, y en muchas ocasiones es un episodio especialmente grave lo que provoca que la situación de acoso se haga visible”.

El periodo vacacional como pequeño oasis en el desierto

En general, los que sufren acoso suelen ser personas tímidas, inseguras, más sensibles a la crítica, con dificultades a la hora de poner límites al otro y con una mayor fragilidad en su estructura de personalidad. La falta de empatía del acosador se manifiesta en agresiones verbales y/ físicas, amenazas, aislando y apartando a la persona del grupo. 

Según explican los expertos de Mentalia Salud, ante este panorama, el periodo vacacional supone un espacio liberador para las personas que sufren acoso en el entorno escolar. Pero, cuando se acerca el inicio del curso, es muy corriente que aparezcan ansiedades anticipatorias, así como sintomatologías psiquiátricas o psicológicas varias, que en realidad encubren ese miedo del retorno al medio anterior.

“Hay que tener en cuenta el sufrimiento y las graves consecuencias que pueden generar este tipo de episodios traumáticos, tanto en el momento actual como en la vida futura de las personas que sufren acoso” apunta Eduardo Rodríguez Sanz. “Realmente, muchos historiales de pacientes tratados por trastornos de personalidad, de la conducta alimentaria o cuadros psicóticos, entre otros, reflejan en su diagnóstico situaciones de acoso escolar del pasado”.

Detección rápida y comunicación, claves para ayudar a la persona

Desde Mentalia se recomienda que los padres de preadolescentes y adolescentes miren y escuchen siempre con atención a sus hijos, estando atentos a posibles señales que puedan llevarlos a la conclusión de que algo está sucediendo: cambios en la manera de comportarse, irritabilidad excesiva o aislamiento progresivo. Lo más complicado será conseguir que la persona verbalice lo que está ocurriendo, así que desde pequeños hay que favorecer la comunicación con ellos, intentando no juzgarles.

Una vez se es conocedor de una situación de acoso, lo primordial es proteger al menor y comunicarse también con el centro educativo, así como buscar ayuda profesional en la medida de lo posible. También, desde los centros, se debe prestar la máxima atención durante los recreos, como una herramienta preventiva y reveladora de posibles situaciones de acoso. Observar cómo se relacionan los alumnos podría dar muchas pistas sobre posibles casos, o información sobre jóvenes que se van aislando y pueden ser susceptibles de ser acosados.

Una vez detectado el caso y en manos de profesionales de la salud mental, el paciente podrá encontrar un lugar de cuidado y protección donde mejorar su situación e incorporar herramientas que le permitan tener una percepción del mundo no tan hostil y poder manejar situaciones similares.