La Universidad Complutense y Mentalia Salud investigan la salud mental de los adolescentes
La investigación de la Universidad Complutense y Mentalia Salud busca estudiar los mecanismos biológicos, psicológicos y sociales que condicionan la aparición de trastornos mentales en los adolescentes, una etapa en la que son difíciles de determinar muchos problemas psiquiátricos.
El estudio se focaliza en situaciones de adolescentes de muy alto riesgo y en la evolución de los trastornos graves en la vida adulta de los pacientes, como la esquizofrenia o trastorno bipolar.
España es el país de la Unión Europea con mayor prevalencia de problemas de salud mental diagnosticados en menores: uno de cada cinco.
La Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y Mentalia Salud, la compañía especialista en la atención a personas con trastornos en salud mental, han firmado un acuerdo para llevar a término una línea de investigación colaborativa en Salud Mental del adolescente. La investigación, dirigida por la Dra. Clara Gesteira, Profesora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica de la universidad, y por el Dr. Ricardo Guinea, Director Médico de Mentalia Salud, busca investigar los mecanismos biológicos, psicológicos y sociales que condicionan la aparición de trastornos mentales en los adolescentes.
La investigación permitirá entender el impacto de los diversos factores de riesgo externo que soportan los adolescentes, como la vida urbana, el consumo de sustancias estupefacientes, los traumas soportados o las características de los grupos familiares de pertenencia. Aspectos contextuales que inciden en la evolución y empeoramiento de los trastornos sufridos.
Según recientes datos de UNICEF, uno de cada cinco menores de entre 10 a 19 años sufre algún problema de salud mental diagnosticado, cifra que sitúa a España como el país de la Unión Europea con una mayor prevalencia de problemas de salud mental diagnosticados en menores.
En la mayoría de los casos, estos problemas se expresan en forma de síntomas muy poco específicos que cambian y evolucionan con el tiempo, lo que dificulta su abordaje. Los más habituales suelen ser ansiedad, depresión, dificultades en las actividades habituales y trastornos de conducta.
“Pero hay otros rasgos muy problemáticos asociados a estas situaciones como las autolesiones, los trastornos de alimentación o el riesgo de actos suicidas, en los que los jóvenes necesitan toda la ayuda posible, pues se trata de problemas que pueden abordarse y resolverse de manera muy satisfactoria”, explica Ricardo Guinea.
“Según datos de la Organización Mundial de la Salud, de 2021, el suicidio es la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15-19 años. Aunque sabemos que los problemas psiquiátricos no son causa necesaria ni suficiente de la conducta suicida de los jóvenes, hay factores de riesgo que debemos considerar y tratar de forma eficaz, como pueden ser la depresión, el trastorno bipolar, trastornos de personalidad, el abuso de sustancias, la ansiedad o los trastornos psicóticos, opina Clara Gesteira.
Foco en las situaciones de muy alto riesgo
La de la niñez y la adolescencia son fases en las que los problemas psiquiátricos todavía no resultan fáciles de identificar y tratar específicamente, pero que pueden derivar en trastornos graves durante la vida adulta, como la esquizofrenia o trastorno bipolar.
“Los síntomas aparecen confundidos entre una gran diversidad de indicios y eso hace que no seamos capaces de detectar qué problemas pueden evolucionar hacia cuadros más graves y cuáles, en cambio, se pueden estabilizar en la vida adulta”, argumenta Guinea.
“Poner el foco en la detección temprana de los problemas mentales es fundamental, puesto que una vez que estos se encuentran plenamente instaurados, los resultados de nuestros tratamientos son mucho más limitados. Por eso, hoy en día se está apostando por el desarrollo de intervenciones lo más tempranas posible. La utilidad del paradigma de los estados mentales de alto riesgo es precisamente que nos permite adelantarnos e intervenir en aquellos/as jóvenes que todavía no han debutado en ninguna patología, pero que sí tienen un riesgo específico de hacerlo en un futuro”, declara Gesteira.
El foco de la investigación se centrará en explorar con mucho detalle la situación de los adolescentes en situación de riesgo muy elevado, detectar todos aquellos factores de riesgo que parecen condicionar la evolución hacia formas más estables de enfermedad psiquiátrica, medir la eficacia de los actuales tratamientos y comprender en detalle la transición de las situaciones de alto riesgo hacia los síntomas psicóticos tempranos.